Un buen desayuno. Laura Quesada

Dia. La cocina de una casa antigua. Es amplia, luminosa. Una ventana de tres paños abiertos que dejan entrar la brisa de la mañana, haciendo volar las cortinas color ambar.

Entra un hombre con una mujer en brazos.

Usa un traje marrón, ajado y viejo que le queda chico y lleva puesto un antifaz de gel azul, de esos que se usan para relajar.

Ella està dormida. Viste un camisón corto, verde agua, de una tela etèrea que se mueve mientras el hombre camina con ella en brazos.

El camina despacio, como en càmara lenta, recorriendo la casa con la mirada.

Se detiene frente a una silla, la acomoda con el pie alejandola un poco de la mesa y se inclina, depositando a la mujer, que se mueve, como en una semiinconciencia.

Queda sentada con el cuerpo tirado hacia delante. El le acomoda la cabeza en la mesa y los brazos por detrás  estàn atados con unas medias panty color piel.

Ella comienza a despertar. Mira alrededor como en un letargo. Mira al hombre en silencio. Mueve los brazos intentando desatarse.

Hombre:-Buen dia

Isabel:-Quièn es usted?

Hombre:-Es casi primavera. Un dia precioso

Isabel:-Cómo lleguè hasta acà?

Hombre:-Volando como un àngel.

Isabel sigue haciendo fuerza para desatarse

Hombre:-No es tan fàcil. Va a necesitar ayuda, tenga paciencia.

Agradezca que no soy un loco demente de esos que andan sueltos. Mire si alguien así la encuentra tan indefensa.

Tiene frio?

Isabel niega con la cabeza.

Hombre:-Nunca vi a nadie con el sueño tan pesado. Era una bolsa de papas. Le tuve que atar los brazos porque una vez que pasa el efecto de las pastillas...

Isabel:-...pastillas?

Hombre:-Pobrecita. Algo adentro mio me avisó que entrara. No quiero ni imaginar...

Isabel traga saliva. Mueve los brazos en un intento por zafarse.

Hombre:-Le tuve que sacar la màscara tambièn. Es peligroso, en ese estado de intoxicación, dormir con esto en la cara. Es para las arrugas?

Isabel no contesta

Hombre:-Se ve bien cuando duerme.

Digame, le està apretando el nudo? Si no se mueve no le va a dejar marcas. Yo le aconsejo que se quede quietita, porque ese nudo es de los que se ajustan màs, y le puede cortar la circulación.

Prefiero que no se desmaye, con lo que cuesta despertarla...

Isabel:-Què es lo que quiere?

Hombre:-Uh, què preguntita!

No vale decir no sè...Por ahí quiero lo mismo que usted...

El Hombre camina mirando a su alrededor. Se detiene frente a una foto en la pared.

Hombre:-Son suyos?

Isabel:-Porquè no se lleva lo que vino a buscar y se va.

Hombre:-Le preguntè si son sus hijos

Isabel se incorpora con violencia

Isabel:-Son alumnos, cómo cree que puedo tener tantos hijos

Hombre:-Bueno, no se ponga asi, por ahí es muy... católica.

Isabel:-Tengo una caja fuerte. No hay mucho pero...

Hombre:-Por si no se dio cuenta tengo buenas intenciones.

Isabel:-Nadie con buenas intenciones se mete una casa desconocida.

Hombre:-Pero esta casa no es desconocida

Isabel se retuerce en la silla

Isabel:-Quièn es usted?

El Hombre se acerca a Isabel y se pone de cuclillas frente a ella

Isabel:-Saquese la màscara, no sea tan cobarde.

Hombre:-Tiene razón Isabel. Pero quiero que me entienda...vengo de un lugar donde no hay valientes.

Isabel:-Sabe mi nombre. Què quiere de mi?

Hombre:-Verla. Apenas eso. No me culpe por tan poco.

Pasó una vida. Pasaron muchas vidas.

Eramos niños. Eramos libres.

El Hombre se levanta, camina hacia la ventana y mira hacia afuera.

Hombre:-En este mismo patio volquè una jarra llena de jugo de naranjas. Y usted se puso a llorar.

Isabel:-...mi cumpleaños de 8...

Hombre:-Hace treinta años ya. La pucha.

Isabel levanta la cabeza  

Isabel:-Antonini!

Hombre:-No soy Antonini.

Su madre lo retó porque todos retaban a Antonini, pero la volquè yo.

El Hombre mira a Isabel. Se acerca y gira alrededor de la silla.

Hombre:-Todavia le gustan tanto las gomitas de eucaliptus? Se acuerda quièn se las regalaba? Era yo.

Las robaba del kioskito para usted.

Isabel:-...Scheibengraft?

El Hombre se agacha y huele el pelo de Isabel. Isabel lo rechaza

Hombre:-Tanto cambiè? Usted està igual. La hubiera reconocido con los ojos cerrados.

Huele como cuando nos escondiamos en el àrbol del patio, para no ir a gimnasia.

Lo que es el destino! Alguien me contó que estaba de vuelta por el barrio. Como yo. Que està sola. Como yo. Que sigue siendo hermosa...

Isabel lo mira seria

Hombre:-Que ya no sonríe, como yo.

No, no soy Scheibengraft.

Silencio. El Hombre se para frente a Isabel y se quita la màscara. Isabel lo mira atentamente

Isabel:-...Milkis?

El Hombre e Isabel se miran en silencio.

Hombre:-Entonces nunca existí para usted Isabel. Me rompe el corazón. Yo en cambio guardó cada momento que pasamos juntos en la escuela.

Isabel...puedo tutearla?

Isabel:-No

Hombre:-Isabel...Usted fue mi primer amor.

Yo la miraba y se me paralizaba el corazón. Si alguna vez me hablaba, podia repetir el dia entero sus palabras.  

Usted era mi dios, entiende lo que le digo?

Nunca màs en la vida volvi a sentir algo asi por nadie.

Y usted ni me recuerda...

Silencio

Hombre:-Pero sabe què? La perdono. Todos merecemos otra oportunidad.

Mireme bien. Soy Ricci, Marcos Ricci.

Isabel:-Ricci...Ricci ...Ricci!!...

Hombre:-Ricci, Ricci, si, entonces, se acuerda de mi?

Isabel:-Usted es èl mismo que ...

Hombre:-No, el mismo no. Uno mejor. Soy el nuevo Ricci, el que aprendió de sus errores.

Isabel abre la boca y queda casi sin pestañear

Isabel:-Errores...

Hombre:-Me llevó muchos años, pero ya pagué por todo. Y aquí estoy, empezando de nuevo.

Isabel cierra los ojos

Isabel:-...Me...me siento mal...estoy...mareada...

Isabel baja la cabeza. El hombre se acerca a Isabel y le acaricia el pelo

Hombre:-Algo me dice que usted me necesita Isabel. Y sabe què? Yo creo que lo primero que le hace falta es un buen desayuno.

FIN

LAURA QUESADA es dramaturga y artista plástica. Escribió guiones para televisión y radio.

En teatro colabora en la dramaturgia de los espectáculos teatrales del actor Fabio Alberti.

Contacto: elelastico@gmail.com

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