viernes, 7 de junio de 2013

Poesía mezclada con tareas domésticas

Me pintaré los labios hasta que sangren,
Me pintaré las uñas hasta enrojecerlas
Me delinearé la línea de los ojos hasta rasgarlos.
Me peinaré tirante hasta que me duela la piel.
Me vestiré apretada, ajustada, hasta cortar la respiración.
¿Sabré quién soy al mirarme al espejo?

Hay una llave puesta, abro.
Luego miro,  beso, lloro y pienso ¡cuanto rojo!

Me preguntas ¿Es por el calor?
Te miro, te contesto.
No querido, es por la sangre.
   

Llueve, la luz de la cocina titila a punto de quemarse. Adela prepara comida. Se escuchan pasos, la puerta se abre, entra Salvador. Lleva en su mano izquierda un libro humedecido al igual que él.

SALVADOR (En voz alta a modo de lección.)
Llevan acento ortográfico las palabras agudas terminadas en vocal, las graves que terminan en las demás letras, y todas las esdrújulas. Los adjetivos indican una cualidad, niño obediente, o su dueño, mi niño, o su lugar, este niño, o su cantidad, mil niños.  (Salvador se interrumpe al ver a Adela, luego dice.) El libro que estaba leyendo se mojo con la lluvia, ahora no voy a poder seguir estudiando.

ADELA
Se esta por quemar la luz. Soltame  el pelo y trae la escalera así la cambio.

SALVADOR (Le suelta el pelo a Adela y dice a modo reflexivo.)
Las luces altas no me favorecen por eso prefiero estar resguardado durante el día, esperando que el nivel de luminosidad se atenúe.

ADELA
Hice choclos, me encanta cocinar choclos. Cuando hago choclos los pelo lentamente, espero que hierva el agua, luego los sumerjo, me echo mucha sal por todo el cuerpo y un poco en la olla. Cuando toda la sal se me desprende los saco y los como bien calientes.  Hay cosas que vos no sabes hacer y yo si. Como cambiar la luz ¿No es cierto?

SALVADOR (Agarra un choclo de la mesada y lo muerde.)
Me haces preguntas que ni quiero responderte, hay veces que ni quiero darme cuenta que estas al lado mío, a continuación mía, anexada, respirando mi aire, suelto aire que luego respiras. Me estas respirando, por eso te resfrías tan seguido y te agarra siempre dolor de oído.

ADELA
El resfrío no es igual  al dolor de oídos, el primero me pasa cuando te respiro y el segundo cuando te escucho.

Adela prepara un bizcochuelo.

SALVADOR
Los bizcochuelos los prefiero de chocolate, rellenos de dulce de leche y bien húmedos.

ADELA
Con sabor a licor, hace que la masa sea más esponjosa.

SALVADOR
Mucho licor no va a andar, deja mal aliento.

ADELA
Prefiero que te quejes de mi mal aliento, porque eso significa que me besaste o que hablamos muy cerca y casi nos besamos.

SALVADOR
Siempre tenes gusto a podrido en la boca.

ADELA (Deja de batir las claras, se para frente a Salvador y lo agarra de la camisa.)
Pero no es por mi boca, es por mi cuerpo, no te das cuenta que cada vez estoy mas flaca. Decidí morir de flaquedad.
                                                                                                                                                                            
                                                                                                                                                                               1
SALVADOR (Como dando una lección.)
Flaquear: debilitarse, caer de ánimo, lo estas haciendo muy bien.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      ADELA (Agarra la escalera y la acomoda para cambiar la lamparita.)
Compre cerezas y las puse debajo de la cama así se van apelmazando.

SALVADOR
Sonreí que la luz al titilar parece un flash de alguna cámara de fotos.

ADELA (Mientras cambia la lamparita de luz.)
No puedo, no me cepille bien los dientes, no hay pasta dental y el bicarbonato deja sabor feo.

SALVADOR (Terminado de comer el choclo)
Cuidado que no haga corto eso.

ADELA
Si se corta la luz tengo una caja de fósforos para encenderlos y tirar al piso, podemos jugar con eso un buen rato, después podemos  terminar de armar el rompecabezas.

ADELA (Adela baja de la escalera, la luz ya no titila pero es muy baja. Intenta besar a Salvador.)
Tirame en la cara tu aliento.

SALVADOR (Agarra de un cajón de la cocina un rompecabezas y lo acomoda en la mesa.)
Hace un año y medio que estoy tratando de armar este rompecabezas insoportable. ¡Insoportable!  Si por lo menos tuviese otro dibujo, otro dibujo cuando se llegue al final. Pero al final se que hay gatitos ¿Y para que queremos gatitos colgados en la sala?

ADELA
Yo quiero gatitos en la sala, yo quiero mi compañía.

SALVADOR
Si te hubieses puesto con los pies para arriba, boca abajo o de costado respirando, respirando, como dijo el medico, tendrías tu compañía.

ADELA
Lo intente,  puse los pies en palangana, al remojo como a vos te gusta y retuve el aire por unos diez minutos. Desde arriba veía como afloraban burbujitas y que por el piso pasaba una cucaracha, ahí fue, cuando la quise aplastar que me equivoque, solté todo el aire de golpe y me caí al piso, golpeé la cabeza en la baldosa, estuve inconsciente un par horas, cuando me desperté tenia un terrible dolor de cabeza y un olor nauseabundo salía de mis entrañas.

SALVADOR
Fue mi culpa por no estar en la casa, me pediste que vaya a  comprar la ropa, color verde, el verde es un color neutro me dijiste. Mis pupilas estaban desgastadas por el uso de las lámparas artificiales y la vista se  me rajaba en cada vidriera, no podía distinguir los colores.

ADELA
Sería conveniente que terminemos de armar el rompecabezas. Quizás si abrimos la heladera nos refrescamos un poco, y de paso entra más luz para iluminar las piezas.


Se abre la heladera, luz roja invade la cocina.
                                                                                                     
                                                                                                                                                                              2
ADELA
Me pinte las uñas de color rojo.

SALVADOR
Yo me rasuré las axilas, bien al ras hasta salir sangre.
                                                                                                                                                                        
ADELA
Yo vi esa sangre y me pinte las uñas.

SALVADOR
Yo vi tus uñas sucias y me fui a bañar.

ADELA
Yo vi que te bañabas y me eché perfume por todo el cuerpo para intentar oler mejor.

SALVADOR
Yo sentí tu olor y  acabe tirado en el piso de la cocina.

ADELA
Miro al costado, no hay nadie. De frente el espejo.

Sonido de luces intermitentes.

Apagón

Adela y Salvador están sentados. Sobre la mesa de la cocina hay un  bolillero repleto de bolillas.


ADELA  (Hace girar el bolillero y saca una bollilla.)
Bolilla número 11 tema: el clima en las regiones secas.

SALVADOR
El clima en los grandes desiertos se caracteriza por las bruscas variaciones de temperatura, durante el día hace calor intenso y de noche mucho frío. El clima de las regiones húmedas es mas sano para el hombre.

ADELA
Yo largo un aroma nauseabundo causado por la humedad de esta cocina, las paredes de la sala se descascaran al igual que mis pies. (Adela gira  el bolillero y saca una bolilla.)
Bolilla número 2, tema: Popurrí de conocimiento.

SALVADOR
El pino es un árbol de follaje siempre verde. Los perros y los gatos son enemigos tradicionales .Sin el cerebro humano no podemos pensar, sentir ni movernos. Los sentidos del olfato y del gusto están muy relacionados, por ejemplo, cuando estamos resfriados no gustamos la comida. Existen cinco sentidos, vista, oído, olfato, gusto.

ADELA
Te falta tacto. Aparte yo siempre estoy resfriada y sin embargo cocino mucho, lo único que le da sabor a mi cuerpo son mis recetas. (Adela gira el bolillero y saca una  bolilla.)
Tema: La lactancia

SALVADOR
Amamantar con leche ligera a la criatura, si cuesta al principio, realizar unos breves saltos en el salón, luego el cuerpo entenderá que has dado a luz y que es hora de alimentar. Me toca a mí. (Salvador hace girar el bolillero y saca una bolilla.)
Bolilla número 04, tema: El físico humano.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            ADELA
Mi físico es una  fisonomía flaca, sin finura, ni firmeza, que finge flexibilidad, flotando, fluctuando en el espacio, sin florecer ni fluir, mi físico flagelado, faltante de fecundidad, fehaciente de final, tiembla friolento.
                                                                                                                                                                           3
SALVADOR (Se para de su silla, riéndose nervioso.)
Al fin y al cabo no tiene ningún sentido seguir estando fijo, sentado. Prefiero buscar otra silla, de otro color, un azul me tranquilizaría .Aunque creo  que esta es demasiada cómodo como para dejarla, se amoldo mi figura en su tapiz y mi olor no se sacaría con nada.
De tener esta silla un nuevo propietario, seguramente se quejaría de la cantidad de pelos pegoteados y del olor a encierro.

ADELA
Que con un par de días al aire se iría yendo.

SALVADOR
Pero aún quedaría el  mío, ese olor nauseabundo lo haría descomponer y vomitar sobre la silla, que luego seria tirada. No creo que esta silla merezca tal final ¿no? (Salvador mira el reloj.) Es hora de ir al mercado. En la lista agrega un par de berenjenas para hacerlas al escabeche con mucho vinagre y sal, así reventas las costuras de ese vestido con flores que te queda tan feo.

Adela da vueltas por la cocina buscando la lista del mercado.

SALVADOR (Mirando a Adela)
Das giros como una rueda da giros, te miro como mira la gente algo que no entiende, no te quiero mirar.

ADELA
No me mires, mis movimientos son siempre los mismos, son movimientos minuciosamente cíclicos.

SALVADOR
Tu cara es cíclica, se repite todos los días.

ADELA
Mi panza no es cíclica.

SALVADOR (Mirando a la puerta)
Siempre espero que venga alguien a visitarnos  de sorpresa......

ADELA
Y yo siempre espero que me digas las palabras que a mi me gustaría escuchar.

SALVADOR
No digas “a mi” es redundante, si hablas vos ya se da por hecho que sos vos la que quiere eso. Aparte se me perdió el diccionario y no puedo saber cuales son las palabras que te tenía que decir, las busque el otro día y las anote en un papel que perdí o se me mojo con la lluvia.

ADELA (Se frota la boca por su esbelto brazo)
Mis pies huesudos son los que caminan hacia vos, mis pómulos son los que rompen la carne de mi cara, mis manos esqueléticas son las que sudan al tocarte, mis rodillas chuecas  son las que se quiebran al hablarte. Siempre pienso con un pensamiento frágil y demacrado ¿que palabras y tonalidades usara hoy mí querido Salvador  para conquistarme?

SALVADOR 
Desilusionado, descuidado, desconfiado,  desdichado, desvanecido, deslizado,    desechado, desencajado, desgraciado, desocupado, desmoralizado, desnivelado, despeinado, desesperado, desprendido,  desamparado, desentendido, desheredado.

Apagón.
                                                                                                                                                                          4
Luz azul en la cocina.

SALVADOR (Sentado en su silla.)
Conversamos varios días, me parecía interesante su charla y su manera de mirar un tanto bizca. Así era yo, un hombre  entremezclado en la ciudad, ella era más flaca que una soga y tanto hervía su sangre, que enrojecida tenia la piel.

ADELA
¿Era más flaca que yo?

SALVADOR
Era como una soga te digo

ADELA
Yo también soy como una soga.

SALVADOR
Porque me  ahorcas. Aparte ella era bizca y vos no sos bizca.

ADELA
Si ya se, yo miro fijo. ¿Y que tomaban?

SALVADOR
Yo tomaba la mano de ella y ella la mía, nada más. El mozo ya nos empezó a tener bronca al tercer día que fuimos.

ADELA
¿Y que comían?

SALVADOR
Nada, nunca nada. Creo que por eso se debilito la relación.

ADELA
Nosotros comemos todo el tiempo, yo preparo unas comidas riquísimas.

SALVADOR
 Me hacen reventar los poros tus comidas, saltar los botones de las camisas, quemarme la lengua.

Se prende la luz de la cocina. La luz cambia a blanca. Adela parada junto a la heladera.

ADELA
Ya esta llena la heladera, la pasta dental esta en el baño, lo que quería no lo conseguí, en reemplazo traje un nuevo rompecabezas y unas sábanas de algodón con motivos florales. Te propongo acostarnos y dormir.

SALVADOR
Para pasar a la próxima página es necesario dormir una larga siesta con tus sabanas de flores, así en pleno invierno nos sentimos en primavera.


La luz de la cocina aumenta hasta encandilar.


Apagón final.


Natalia Carmen Casielles 

Bernal, Buenos Aires, 1981. Es egresada de la carrera Realización Cinematográfica del Instituto de Arte Cinematográfico (IDAC) y Dramaturgia de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD). Como dramaturga escribió las obras  “Sueño con cebollas “(Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia, con un jurado compuesto por Griselda Gambaro, Mauricio Kartun y Luis Cano), “Afuera llueven conejos” (mención honorifica del Fondo Nacional de las Artes.), “La siesta de los pájaros”, (realizada con el apoyo del Instituto Nacional de Teatro) y “Niña con cara de jirafa” (Premio Artei a la producción de Teatro Independiente.  Texto publicado por editorial Leviatán). Es la creadora del ciclo MONOBLOCK (ciclo de teatro hecho con bloques de monólogos) que reúne trabajos de diversos actores, dramaturgos y directores. En cine trabajó como productora de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) dependiente del INCAA  y realizó bajo la dirección de Ximena González, el largometraje “Mal del viento”

contacto: nataliacarmencasielles@hotmail.com

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